MI SUEGRO Él jadeaba, mis gritos eran fuertes y yo lo excitaba más, se corrió, sacó su pene de mi vagina llena de satisfacción, para mí, ya no había otra verga más sabrosa que la de mi suegro
Todo comenzó cuando conocí a mi novio, un chico cariñoso, sensible, complaciente y más que nada leal. Me tenía una gran confianza, siempre estábamos juntos, nos besábamos apasionadamente en todos lados, éramos uno en todo momento. Cada vez que estaba con él, sentía que lo amaba más y solo deseaba hacerle el amor cada segundo de mi vida. Pero todo se oscureció el día que celebrábamos 9 meses de novios, él me llevó a su casa para presentarme con su familia. Llegué ese día algo nerviosa, porque tenía entendido que la madre de mi novio no me tenía «buena fe», ella estaba sentada en la mesa del comedor leyendo una revista. Entré y mi novio me presentó con ella; yo traía puesto un pantalón a la cadera y una pequeña blusita que dejaba ver todo mi abdomen, ella me barrió con envidia, pero no di mucha importancia, pasaron cerca de diez segundos molestos de silencio, hasta que escuché unos pasos que salían del baño. Era el padre de mi novio, un hombre medio, moreno, no muy alto, pero su personalidad dejó que mi imaginación echara a volar. Él me empezó a mirar, recorría cada parte de mi cuerpo, eso me excitaba, y empecé a temer que mi novio lo notara, así que tiernamente besé su mejilla y caminé hacia la cocina para ayudar a mi suegra a poner la mesa. Meneando el culito, sentí las miradas perversas de mi novio y su padre, por lo que me agachaba a recoger las simultáneas cosas que tiraba a propósito. Terminamos de poner la mesa, nos sentamos a comer, mi suegro tocó mi hombro como un gesto amistoso y se sentó junto a mí.Estuve hablando sobre algunos temas cotidianos y todo siguió así, hasta que la comida fue retirada por mi suegra, a la vez empezó a sonar el teléfono del cuarto de mi novio, él fue a contestar, así que me quedé con mi suegro en la mesa. Un silencio perverso se quedó por un momento, cuando el padre de mi novio me vio con gran profundidad, analizando mis pensamientos, rozó mi mano con un poco de temor a mi respuesta, pero yo bajé mi mirada hacia sus piernas, noté su gran y erecto pene, mi vagina temblaba quería tener esa enorme verga dentro, mis labios se saboreaban, mi lengua se torturaba al no poder darle una mamada. Él siguió acariciándome la mano y la arrastró hasta llegar a mis senos, los tocaba, suavemente, masajeaba, subió un poco mi blusa y sacó un pecho del brassier.Mis senos estaban erectos, tiernos, blancos, un delicioso bocadillo para él. Mis manos corrieron a su pierna hasta llegar a la bragueta, bajé el cierre y saqué su gorda polla, deliciosamente maldita, le di un masaje a todo lo largo y noté el gran parecido de tamaño que tenía con el de mi novio, agaché mi cabeza y con la punta de mi lengua probé la locura que de el salía, pero mi novio colgó el teléfono y se dirigía al comedor, rápidamente acomodé mi «brassier y él se subió el cierre. Mi novio llegó a la mesa, mi suegro y yo, nos vimos algo nerviosos, por lo que le hice un poco de platica.Este me dijo que ya nos íbamos porque quería que fuéramos al cine, así que me levanté de la mesa, pero mi suegro agarró mi mano deslizándose entre mis dedos, me puse más nerviosa así que me despedí rápido de la señora y de él. Subí al coche de mi novio, él me besó como siempre lo hacía, me notó algo fría y me preguntó que tenía, pero le dije que me dolía un poco la cabeza, por lo que decidimos quedarnos un rato más en su casa.Volvimos a entrar, pero su mamá iba de salida, por lo que sólo estaría su papá.Entré al cuarto de mi novio, me acurruqué en él, me acariciaba lento y con comprensión. Me acosté en su cama y él me tapó para que estuviera más cómoda. En eso escuché el timbre, era el primo de mi novio que vivía a dos casas, lo buscaba porque necesitaba ayuda con su computadora, por lo que salió por unos treinta minutos, pero antes de irse besó mi mejilla, y me dijo que se quedaba su papá por si se me ofrecía algo. Él salió y cerró la puerta, como dos minutos después escuché que mi suegro caminaba hacia el cuarto de mi novio, yo me hacía la dormida, pero sabía todo lo que estaba haciendo. Sentí en mi espalda su presencia, pronto, el cabello que cubría mi nuca lo retiró, acercó su boca y besó mi cuello, por lo que empecé a excitarme, pero decidí esperarme antes de contestar el placer, para darle un poco más de calor y ansia al asunto.Así que quitó por completo la sábana que me cubría, quedó desnuda parte de mi cintura. Mis glúteos estaban perfilados al vacío, mis piernas dobladas y mis brazos estrechados, como protegiéndome instintivamente. Acercó su cara a mi barbilla y empezó a besarme, hasta que llegó a mi boca, delicadamente su lengua saboreó mis labios, y en ese momento respondí el beso, fue fuerte, pasional, compartiendo su lengua en mi garganta. Él se abalanzó, y quedó sobre mi, me quitó la blusa y bajó el tirante de mi brassier, mientras, yo bajaba sus pantalones, acariciaba sus nalgas, e iba al frente cuando, un poco incómodo se levantó y se quitó los zapatos, regresó hacia mi, bajó mi pantalón, masajeó mis nalgas con furor, pero algo estorbaba, así que me quitó la pequeña tanga negra que traía, besó mi abdomen y fue bajando hasta que su boca y lengua probaran mi vagina, jugando con mis labios vaginales, su lengua lamía, se llenaba de mi mojada rajita, tratando de extraer el más mínimo orgasmo que hubiera tenido. Metió sus dedos, acariciando las paredes de mi vagina. Yo estaba extasiada, a punto de un orgasmo múltiple.Mis manos le hacían una paja, lo que provocó que los dos no aguantáramos más, se sentó en la cama y yo con todo el culito al aire me senté en él para que me penetrara, fue un gran placer, llegó hasta el fondo, íbamos rápido, más de lo que yo había hecho con mi novio, aunque curiosamente tenían un gran parecido al coger. Él sudaba, tallaba mi espalda, jadeaba, gemía, mis gritos eran fuertes y yo lo excitaba más, estuvimos así un rato, cabalgando, hasta que se corrió en mí. Sacó su pene de mi vagina llena de satisfacción, tanto que para mí, ya no había otra verga más sabrosa que la de mi suegro.Nos quedamos en silencio y mi suegro se levantó para vestirse, yo todavía tocaba mi rajita, el subió a su cuarto y cerró su puerta, justo cuando hizo esto, mi novio entró, me vio semidesnuda y me preguntó con inocencia que hacía, y le dije que estaba esperándolo, pero también había llegado mi suegra, por lo que me tuve que vestir e irme a mi casa. En el camino recordaba esos momentos, y deseba volver a ver a mi suegro, pero jamás regresé a su casa, al poco tiempo terminamos, por lo que nunca más lo volví a ver.
Comentarios recientes